Como se explica en un artículo de la International Bar Association, el panorama mundial de la moda ha experimentado una gran transformación en los últimos años con la llegada de la fast fashion, una tendencia caracterizada por la rápida producción de prendas de vestir asequibles.
Este cambio, impulsado por factores como la pandemia del virus Covid-19 y la influencia de las redes sociales, ha reportado indudables beneficios económicos, como la creación de empleo y una mayor accesibilidad a las prendas de moda. Sin embargo, la preocupación por el impacto medioambiental y social de la moda rápida ha llevado a los legisladores a tomar medidas para conseguir una industria de la moda más sostenible y ética.
El auge de la moda rápida coincide con un mayor reconocimiento de su huella medioambiental. Esta tendencia subraya la necesidad de una mayor concienciación y educación sobre el impacto de la moda rápida tanto en las personas como en el planeta. En respuesta a esta creciente preocupación, los legisladores han empezado a abordar la necesidad de prácticas sostenibles en la industria de la moda.
La Estrategia de la UE para Textiles Sostenibles y Circulares de la Comisión Europea representa un paso significativo hacia una industria de la moda más sostenible. Esta estrategia incluye propuestas de requisitos de diseño ecológico e iniciativas para promover prácticas de consumo y producción sostenibles.
Aunque los cambios normativos pueden plantear retos a la industria de la moda, Elena Varese, socia de DLA Piper, Milán, subraya la importancia de equilibrar la sostenibilidad con las consideraciones económicas. Los programas de transición pueden ayudar a mitigar el impacto de estos cambios al tiempo que fomentan una industria de la moda más resistente y sostenible.
Los esfuerzos de los legisladores para hacer frente a los impactos ambientales y sociales de la moda rápida reflejan una creciente conciencia de la necesidad de sostenibilidad en la industria. Al promover la circularidad del stock textil, la transparencia y las prácticas éticas, los responsables políticos pretenden crear un ecosistema de la moda más sostenible y equitativo para las generaciones futuras.