El uso de la biomasa como combustible alternativo en el sector de la moda ocupa un lugar destacado en la agenda de la COP28, pero una organización estadounidense sin ánimo de lucro llamada Stand.earth ha presentado una petición a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) para poner fin al uso de la biomasa en la moda. Un artículo de Forbes escrito por Brook Roberts- Islam explica el enigma actual para hacer la industria más sostenible.
El término biomasa incluye cualquier fuente de energía que crece continuamente en la tierra, a diferencia de los combustibles fósiles que se extraen de su núcleo, y la biomasa incluye cosas como los residuos agrícolas, entre ellos la cáscara de arroz, la paja y las astillas de madera. Sin embargo, stand.earth argumenta que las astillas de madera pueden emitir más gases de efecto invernadero que el carbón. La organización sin ánimo de lucro reclama el uso de fuentes de energía renovables como la eólica y la solar, pero esas fuentes de energía no son suficientes para igualar los volúmenes de energía eléctrica y térmica que utiliza actualmente la industria. Esto también podría ser difícil de conseguir en los países en desarrollo -con los mayores centros de fabricación-, donde las energías renovables se quedan cortas desde un punto de vista técnico, geográfico y económico.
Stand.earth pide que cese inmediatamente el uso de prácticas de biomasa, citando datos de contaminantes atmosféricos de varias naciones asiáticas que utilizan la biomasa como fuente de combustible. Sin embargo, el artículo explica que es necesario un diálogo global que aproveche la transparencia y la trazabilidad en la cadena de suministro para resolver este problema, dado que no hay alternativas no fósiles disponibles para la industria.
El artículo critica los argumentos de la petición de Stand.earth, señalando la ausencia de comparaciones directas entre la biomasa y el uso de gas por las calderas in situ, ya que éstas son las que más gases de efecto invernadero producen en la industria textil. Tampoco se analiza el precio del gas frente al de la biomasa, lo que resulta especialmente difícil para los países con rentas más bajas que intentan seguir el ritmo de las fuertes subidas del precio del gas.
Según el artículo, «la única alternativa viable a la biomasa para la producción de energía térmica in situ es el carbón o el gas. Por tanto, poner la biomasa en la lista negra empuja a los fabricantes de nuevo hacia los combustibles fósiles».
El artículo continúa diciendo que el mayor fracaso del movimiento de la moda sostenible es la simplificación excesiva de retos con matices, y el uso de datos y análisis de baja calidad -similares a los de stand.earth- para impulsar agendas que no contemplan el problema de forma holística.