Como se explica en un artículo de EuroNews, el insaciable apetito europeo por la ropa nueva genera anualmente la asombrosa cifra de 12,6 millones de toneladas de residuos textiles. Aunque gran parte de ellos acaban en vertederos, quemados o arrojados a países en desarrollo, un rayo de esperanza brilla en forma de textiles “infinitamente” reciclables y un nuevo plan de la Comisión Europea destinado a responsabilizar a las marcas.
El artículo describe con crudeza nuestra cultura de la ropa de usar y tirar, destacando las montañas de residuos que se acumulan en lugares como Ghana, donde las prendas de segunda mano importadas abruman a las comunidades. Matteo Ward, director general de WRÅD, un estudio de diseño sostenible, subraya los costes medioambientales y sociales de este ciclo interminable.
Sin embargo, existen alternativas. Instalaciones de reciclaje como Aquafil, en Eslovenia, ofrecen una visión de futuro, transformando materiales de nailon desechados (redes de pesca, alfombras) en un hilo versátil llamado ECONYL, reciclable sin fin y sin pérdida de calidad. Este viaje de “basura a tesoro” demuestra el potencial de la circularidad en la industria textil.
El artículo profundiza en el aspecto técnico de la producción de ECONYL, desde el proceso de reciclado químico que descompone los residuos de nailon en materias primas hasta el hilado final del hilo fino. Y, lo que es más importante, hace hincapié en el papel crucial del diseño del producto para facilitar un reciclaje eficaz. Las prendas plagadas de materiales mezclados y de construcción compleja plantean retos importantes.
Consciente del problema, la Comisión Europea propone un sistema de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP). Esta iniciativa traslada la carga de la gestión de los residuos textiles a las marcas, haciéndolas económicamente responsables de todo el ciclo de vida de sus productos, incluida su eliminación. Las marcas que produzcan artículos más contaminantes tendrán que hacer frente a costes más elevados, lo que las incentivará a invertir en materiales sostenibles y diseños circulares.
Matteo Ward considera que el sistema EPR cambiará las reglas del juego, ya que podría empujar a las marcas a crear prendas duraderas y reciclables, una práctica actualmente inexistente debido a la falta de motivación económica. Su trayectoria personal, de conocedor de la moda rápida a defensor de la sostenibilidad, subraya la necesidad de un cambio sistémico en el sector.
El trabajo de WRAD con escuelas y marcas como Candiani Denim encarna el enfoque colaborativo necesario para abordar este complejo problema. Aunque los avances tecnológicos y los tejidos sostenibles ofrecen soluciones interesantes, es vital un cambio significativo en el comportamiento de los consumidores para reducir realmente el impacto de los residuos textiles.
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