La ropa de segunda mano, una práctica que antes no se asociaba con las corrientes de moda en auge, se ha convertido en una tendencia creciente entre la generación Z. La industria de la moda ha tomado nota y se ha centrado en la venta de ropa de segunda mano con los consiguientes beneficios, escribe Cecilia Álvarez-Hevia Arias en Vogue España.
H&M experimentó un enorme aumento de sus beneficios el pasado trimestre gracias a su plataforma de venta de ropa de segunda mano, Sellpy, mientras que Inditex anunció que llevará su negocio de ropa usada, reparación y donación a Francia y Alemania tras el éxito de su prueba en el Reino Unido. Aunque estos esfuerzos forman parte de una estrategia de sostenibilidad, también ha sido una forma clara de ampliar las ventas.
Por ropa de segunda mano se entienden las prendas que tienen menos de 40 años. Aunque no tienen el valor de exclusividad de una etiqueta vintage (más de 40 años) o antigua (más de 80 años), son prendas que normalmente se tirarían a la basura debido a los ciclos cambiantes de la moda y, por tanto, son mucho más baratas que su precio original. Sin embargo, con el aumento de inflación y las consiguientes subidas de precios de las prendas de moda, los artículos de segunda mano en buen estado nunca han sido tan demandados entre los jóvenes con poco dinero.
Ciertas plataformas y aplicaciones que facilitan la venta de ropa de segunda mano han creado un mercado secundario basado en tres factores clave: sostenibilidad, economía y pasión por la moda. Incluso hay apps que ayudan a encontrar prendas que se han agotado para que pueden venderse excedentes. La gente tiene la opción de ganar dinero vendiendo algo del fondo de su armario a compradores interesados, creando una economía circular sin esfuerzo. Micolet, Etsy y Wallapop son algunas de las aplicaciones más populares utilizadas en Europa, mientras que Vinted sigue siendo la mayor aplicación de compraventa de ropa reutilizada en Europa, con una valoración de 3.500 millones de euros. La tienda de segunda mano Humana también se está beneficiando de la tendencia, registrando un aumento del 22% de clientes en sus 48 tiendas en España.
Con la tendencia de que los Instagramers de nuevos atuendos para su contenido online, algunos también están iniciando sus propias tendencias de moda, y es que no ha habido un momento en el que mezclar prendas de temporadas anteriores haya sido más trending. Al igual que el cartón, la ropa empieza a tener una segunda, tercera y cuarta vida, creando un negocio que beneficia tanto a las grandes empresas como a los bolsillos de los consumidores.