El gobierno británico ha puesto en marcha el Best Available Techniques Framework (BAT), un programa diseñado para que las empresas textiles y químicas reduzcan o supriman su impacto nocivo en el medio ambiente.
El plan establece un nuevo marco normativo para que el sector y los organismos reguladores identifiquen y apliquen estándares de emisión actualizados de manera conjunta. Según los permisos ambientales otorgados por los organismos reguladores, las empresas deberán utilizar la mejor tecnología disponible para reducir o suprimir el impacto ambiental de sus residuos textiles.
El programa exige que el gobierno del Reino Unido trabaje con el sector y los consejos locales para identificar los métodos y tipos de tecnologías más adecuados. De este modo, podrán reducir la contaminación a los límites de emisiones acordados.
El ministro de Medio Ambiente, Steve Double, ha explicado que «hacer frente a las emisiones es fundamental para reducir los efectos nocivos de la contaminación del aire, el agua y el suelo sobre las personas y el medioambiente. El marco nuevo y el enfoque colaborativo garantizan unos estándares más exigentes para las emisiones industriales en todo el Reino Unido, así como una estructura de gobierno más eficaz para que el sector busque las mejores técnicas disponibles y cumpla con dichos estándares».
La iniciativa se basa en el trabajo que ya está en marcha como parte del plan europeo de objetivos climáticos para 2030, que consiste en una reducción del 55 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, y la Clean Air Strategy del gobierno del Reino Unido, cuyo objetivo es detener el daño causado por la contaminación del aire en 2030. En España se aprobó una ley similar en julio de 2021 (la Ley de Cambio Climático y Transición Energética), que, entre sus objetivos, incluye reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 23 % (en comparación con los niveles de 1990).
Acabar con los residuos textiles
Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, los europeos utilizan casi 26 kg de textiles y desechan unos 11 kg cada año. El 87 % de la ropa desechada termina en incineradores o vertederos, que constituyen algunas de las mayores fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero del mundo.
Sin embargo, esto no tiene por qué ser así. La Comisión Europea presentó en marzo de 2022 una nueva estrategia para que los textiles sean más duraderos, reutilizables y reciclables. Así, no se desperdiciarán tanto. Las prendas desechadas se pueden exportar fuera de la UE, y en Tekstila ayudamos a las marcas justo con esto. Gracias a nosotros, reducirán la cantidad de productos sin vender que podrían terminar en vertederos, ya que compramos dichos productos y los introducimos en el mercado internacional según los nuevos marcos legislativos.