El inventario sin vender puede provenir de la sobreproducción, el cambio de colecciones para fin de temporada y devoluciones de tiendas de varias franquicias u operaciones de comercio electrónico.
Dado que el inventario se genera en grandes volúmenes, es necesario disponer de los recursos necesarios para hacer frente al problema y optimizar la vida comercial de los productos que aún no se han utilizado. La clasificación sirve para generar más valor y evitar que estos productos se descarten en los canales comerciales.
El proceso de clasificación del inventario puede variar según su marca, lote y origen. Por ello, hemos desarrollado un enfoque flexible con varias estaciones de gestión donde el personal puede clasificar los productos para crear las colecciones.
Normalmente, el inventario que no ha llegado al taller es más fácil de clasificar. Además, puede llegar al centro de clasificación con información previa proporcionada por el vendedor en el embalaje. Otro problema es la recogida de inventario procedente de las franquicias y otros puntos de venta, que puede llegar con diversas categorías de producto. Las más difíciles de clasificar y ordenar por valor son las categorías de devoluciones de clientes, tanto en tiendas físicas como en comercio electrónico.
- Trabajamos a varios niveles para clasificar el inventario y crear listas de embalaje categorizadas:
- Creación de temporadas: primavera-verano y otoño-invierno.
- Creación de categorías y subcategorías de producto.
- Surtido optimizado para garantizar una variedad de modelos.
- Control de calidad para separar posibles defectos de las colecciones regulares.
Estos procesos transforman el valor del inventario significativamente. A veces, el inventario destinado a venderse a granel con precios más bajos puede convertirse en colecciones organizadas con más detalles y enviarse directamente a tiendas internacionales. Gracias a ello, las colecciones se ajustan perfectamente a los canales de descuentos mayoristas y minoristas.
Al crear colecciones separadas por marca, temporada, categoría de producto, surtido de modelos y control de calidad, los distribuidores pueden seleccionar las colecciones que funcionarán mejor para sus mercados. De este modo, maximizan la inversión y realizan adaptaciones en función de las necesidades de los clientes finales.