Mientras los políticos de todo el mundo discuten los planes de acción para detener los efectos nocivos que la moda rápida tiene sobre el medio ambiente, miles de jóvenes se ven envueltos en un torbellino de compras ultrarrápidas, además de que las generaciones jóvenes son muy conscientes del cambio climático y los impactos negativos que patrones de moda rápida tienen en nuestro planeta.
Solo tienes que abrir TikTok para conocer la tendencia más nociva: los hauls. Haul es un término que generalmente se refiere a un video en el que alguien muestra cantidades masivas de artículos que compró recientemente. Suelen ser prendas baratas de firmas low cost. Los hauls masivos de moda no son nuevos, pero han explotado recientemente debido a TikTok, donde los haul try ons son la última vuelta de tuerca. Esta última moda de sobreconsumo inútil consiste en comprar decenas de artículos, probárselos para que otros los vean y luego básicamente devolver la mayoría, o devolverlos todos.
Entonces, como si comprar ropa desechable, barata, de mala calidad y producida en masa para mantenerse al día con las tendencias de moda aceleradas no fuera lo suficientemente malo, aquí viene una nueva máquina diabólica de generación de desechos masivos. ¿Y por qué, te preguntarás, los artículos devueltos que solo se probaron y aún tienen sus etiquetas correctamente colgadas se convierten en desechos? Simplemente porque es más probable que las devoluciones en línea se desechen en lugar de reabastecerse.
Las compras online son las más devueltas, y las tarifas han aumentado un 30% en los últimos años, según consultores de KPMG. La necesidad de tener éxito en el mercado del comercio electrónico ha empujado a las empresas a facilitar los procesos de devolución e incluso a ofrecer devoluciones gratuitas para aumentar sus ventas. El problema es que la mayoría de las prendas devueltas no vuelven a los canales de venta y se convierte en stock no vendido. Hoy en día, lidiar con las devoluciones de productos es una de las partes más difíciles de administrar una marca. Asegurarse de que estas devoluciones no terminen en los vertederos es un costoso dolor de cabeza logístico. Inevitablemente, parte de la solución debe consistir en intentar reducir los montos de devolución por parte del consumidor y revender los artículos devueltos que no se repondrán, para que puedan encontrar su primer uso.
Las devoluciones sin duda se han convertido en un gran Goliat para las marcas de moda. El sector textil es uno de los más afectados, ya que es el que más devoluciones recibe. Sin consistencia en el tamaño, y gracias a la moda rápida y el envío rápido, los compradores a menudo llenan sus carritos en línea esperando no quedarse con lo que ordenaron. Es por ello que algunas marcas han comenzado a cobrar por sus devoluciones para desincentivar esta forma de comprar ropa. La marca insignia de Inditex, Zara, por ejemplo, comenzó a hacerlo en el Reino Unido y Alemania a fines de 2021, y parece obvio que otras marcas podrían seguirla.
Una gran cantidad de devoluciones no solo tiene un impacto en las ganancias de las ventas, sino que también deja una enorme huella de carbono. Según Greenpeace, en 2020, desde el Black Friday hasta el 13 de diciembre, las empresas de transporte entregaron 50 millones de paquetes, con una tasa de devolución en torno al 25%. Los estudios hablan de una mayor conciencia del comprador, pero por otro lado proliferan nuevas formas de consumo excesivo. Muchas marcas con las que trabajamos quieren mejores opciones que simplemente tirar las cosas a la basura. Ha comenzado una transición hacia la economía circular, pero necesitamos estar alerta y transformarnos junto con las transformaciones que vive nuestro mundo, con las nuevas generaciones y sus nuevas formas de vivir la vida, la tecnología y, también la moda.